La llamada “iluminación bisexual” se ha convertido en una tendencia en las producciones audiovisuales recientes. Cada vez más, películas series y videoclips combinan el uso de colores neón magenta, azul y lavanda en sus planos; una elección que muchos han asociado con la paleta cromática de la bandera bisexual.
Una parte de la comunidad LGTB+ ve en este uso concreto de la luz una herramienta visual para dar a conocer la sexualidad de los personajes. Esta teoría comenzó a coger más solidez cuando Pantone anunció que había elegido el ultravioleta como el color oficial de 2018 para reflejar la influencia que ha tenido en la “contracultura” y que tanto han utilizado artistas como David Bowie o Prince. “El ultravioleta simboliza la experimentación y la no conformidad”, explicaron.
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El origen de la “iluminación bisexual” en cine y tv en 2014 se sitúa cuando realizaron una escena bañada de tonalidades rosadas y azuladas de la serie de la BBC Sherlock, en la que se especula acerca de los deseos sexuales de Watson. Más tarde, aparecido la misma iluminación en el conocido capítulo San Junípero de Black Mirror.
Fue entonces cuando se desató una oleada de especulaciones en redes sociales y varios medios que intentaban desentrañar la orientación de los personajes a través de la iluminación con la que son presentados, y comenzaron a dar ejemplos de “iluminación bisexual” en la cultura mainstream actual, desde escenas de Black Panther, hasta momentos concretos de videoclips como Hotline Bling de Drake, Call Your Girlfriend de Robyn o Blow de Beyoncé.
También se identifica esta iluminación en Moonlight, la oscarizada cinta que retrata un hombre gay negro de clase baja, Atomic Blonde (Atómica) con Charlize Theron, Happy Together y el reciente clip de Janelle Monaé para su canción Makes Me Feel.
Sin embargo, existe otro movimiento que explica que los tonos neones rosas y azules son una clara referencia a la estética de los años 80 y 90, que tan presente está en contenidos actuales como Stranger Things. Este recurso “ayuda a vender productos a las audiencia joven y adulta, que añoran la cultura de su juventud”.
Otros, apuntan que el uso de estos colores ya se utilizaba en películas antiguas de terror como Vértigo, Suspiria o Inferno, con el fin de crear suspense y tensión en el espectador.
Sea como sea, el tema ya está encima de la mesa. Y afortunadamente, cada vez son más las series, películas y novelas en las que existen personajes bisexuales al margen de luces concretas y sin necesidad de recurrir a acertijos.