Los objetos que no sabías que fueron inventados por mujeres

Pocas veces nos preguntamos quién fue la mente pensante que ideó los objetos cotidianos que hoy en día nos hacen la vida más fácil, y si lo hacemos, se asume que fueron hombres. Sin embargo, muchos logros y descubrimientos que han pasado a la historia, fueron ideados por inventoras que han permanecido ocultas por el mero hecho de ser mujeres. Estas mentes brillantes, han salvado vidas y han cambiado la ciencia, la tecnología, la astrología, la medicina y sin duda, nuestra manera de vivir, muchas veces en épocas complicadas y en circunstancias difíciles.

Algunas tuvieron suerte y han sido reconocidas o por lo menos son más conocidas, como la filósofa griega Hipatia de Alejandría, que realizó importantes contribuciones a la ciencia en matemáticas y astronomía, o la matemática Ada Lovelace (1815-1852), la primera programadora informática. Incluso, la científica Marie Curie (1867-1934), Premio Nobel de Física en 1903 por sus investigaciones sobre la radiación, compartido con Henri Becquerel, y de Química en 1911 por sus trabajos sobre el polonio y el radio, esta vez en solitario.

Sin embargo, otras muchas mujeres no han sido tan visibles, y aquí os dejamos solo una pequeña muestra de las creaciones que nos han dejado.

¿Conoces nuestro CLUB?

Películas, debates, radio... ¡y mucho más!

Síguenos en Redes Sociales

¡¡En Facebook ya somos una comunidad de más de 210.000 seguidoras!!

EL LAVAVAJILLAS

Josephine Cochrane (1839 – 1913) fue una dama de la alta sociedad norteamericana, emprendedora y defensora de la máxima “si quieres algo, hazlo tú mismo”. Gracias a su ímpetu y su determinación, y harta de que el personal de servicio rompiera su lujosa vajilla, decidió diseñar una máquina que lavara su suntuoso arsenal de cocina.

Dentro de una caldera de cobre dispuso platos, vasos y otros utensilios perfectamente colocados. Un motor lograba que entrara y saliera agua con jabón a través de distintos conductos. Había nacido el Lavavajillas Cochrane.

La invención de su artilugio llegó a oídos de distintos hoteles y restaurantes de la zona que obligaron a Josephine a patentar y fabricar de manera más o menos masiva su lavavajillas. En la Exposición de Chicago de 1893 ganó el premio al mejor invento.

LOS INTERMITENTES

Florence Lawrence (1886-1938) fue una de las actrices del cine mudo con más éxito de su época. Ganó una fortuna cuando consiguió uno de los primeros contratos millonarios del cine, convirtiéndose en una auténtica estrella.

Parte de su fortuna la invirtió en una de sus pasiones, los coches. Además de coleccionarlos y disfrutar de ellos, los mejoró incorporando unos primitivos intermitentes y señales de freno. Pero como Florence no se consideraba una inventora, no patentó sus inventos que, sin embargo, fueron aprovechados por las empresas automovilísticas.

Florence terminó sus días sola y arruinada, y se cree que posiblemente se suicidara.

LOS LIMPIAPARABRISAS

A principios del siglo XX, Mary Anderson, cansada de salir de su coche cada vez que algo manchaba el cristal frontal, decidió automatizar esa tarea de limpieza diseñando un dispositivo que permitía lavar la ventana del vehículo controlándolo desde el interior.

El resultado final fue un mecanismo en el que, al accionar una palanca integrada en el interior del coche, un resorte permitía mover en dos sentidos un brazo de metal que recorría el parabrisas y que se mantenía pegado al cristal gracias a un contrapeso, asegurando el contacto entre la escobilla y la luna.

En 1903, Anderson consiguió patentar su invento y trató de venderlo sin éxito, al no ser considerado útil e incluso una distracción al volante.

Henry Ford decidió instalar la idea en su modelo más popular, el Ford T, y pronto sus competidores lo imitarían. Pero el invento de Anderson quedó huérfano dejando a su creadora sin ningún beneficio y sin reconocimiento alguno.

LAS BENGALAS LUMINOSAS MARÍTIMAS

Con solo 21 años, Martha Coston (Baltimore 1826 – 1904) sufrió la pérdida de su joven esposo de 26 años y tuvo que afrontar sacar adelante a 4 hijos, dos de los cuales murieron tan solo 2 años después, además de la madre de Martha. Ante estas circunstancias y sin dinero para mantener a su familia, decidió desarrollar un objeto que su marido inventor no había llegado a concluir. La idea consistía en crear una bengala que al explotar derramase varios colores para comunicar diferentes mensajes mediante las combinaciones de señales lumínicas.

Coston tardó en torno a una década en resolver los problemas de la investigación. Entre otros, el mayor inconveniente radicaba en las escasas mezclas de compuestos químicos para generar colores. De este modo, tuvo que contactar con diferentes expertos pirotécnicos, haciéndose pasar por un hombre para que no desconfiaran de ella, hasta conseguir las mezclas.

La Armada de Estados Unidos probó las bengalas para determinar la validez del invento y fue todo un éxito. Coston logró la patente en 1859, donde figuró su marido como titular del invento y ella con el título de administradora.

LAS ESCALERAS DE INCENDIOS

En 1887, antes incluso de que las mujeres pudiera votar o incluso trabajar fuera del hogar, Anna Connelly logró un diseño revolucionario de una escalera exterior de acero, predecesora de la moderna escalera de incendios, en un esfuerzo por evitar la muerte de quienes residían en edificios.

Anna fue una de las primeras mujeres en registrar una patente para una invención después de la Guerra Civil, cuando finalmente se les permitió presentar este tipo de proyectos sin la supervisión de un hombre.

EL TÍPEX

Bette Nesmith Graham se divorció en 1946 y a fin de mantener a su hijo y a ella misma, empezó a trabajar como secretaria en Texas Bank and Trust donde alcanzó el puesto de secretaria ejecutiva, el puesto más alto disponible en ese momento para las mujeres en la industria.

En esa época, con la aparición de las primeras máquinas de escribir eléctricas, era difícil corregir los errores mecanográficos, lo que causaba continuos problemas a las secretarias. Por otro lado, y para ganar un dinero extra, Nesmith pintaba escaparates navideños en el banco, y allí se dio cuenta de que: “cuando un artista está rotulando, nunca corrige sus errores borrando, sino que siempre pinta encima del error. Así que decidí usar lo que los artistas usan. Puse un poco de pintura al agua en una botella, tomé un pincel de acuarelas y lo llevé a la oficina. Utilicé eso para corregir mis errores”.

Durante 5 años, Nesmith usó en secreto su corrector blanco. Aunque los jefes la amonestaron por ello, sus compañeras buscaban a menudo su “repintador”. Finalmente, en 1956, comenzó a comercializar su corrector de máquina de escribir con el nombre de Mistake Out (Fuera Errores). Más tarde cambió el nombre a Liquid Paper.

EL WIFI, EL BLUETOOTH Y EL GPS

La belleza de Hedy Lamarr (1914 – 2000) apabullaba y su vida bien podría ser el argumento de una buena película. Actriz de Hollywood, judía y vienesa, fue la primera mujer en protagonizar un desnudo en la historia del cine y también la primera en interpretar el primer orgasmo del séptimo arte. Durante años, se la conoció como “la mujer más bella de la historia del cine”.

Obligada por sus padres, fue entregada en matrimonio a Friedrich Mandl, un proveedor de municiones y aviones de combate para sus amigos personales Hitler y Mussolini. Obsesivo, celoso y controlador la obligaba a acompañarle en todas las cenas y viajes de negocios. Fue encerrada en casa y sometida a un estricto control. Hedy tuvo que abandonar su carrera cinematográfica y cualquier otro tipo de actividad.

Lamarr, considerada por sus maestros como una superdotada, aprovechó el cautiverio para desarrollar sus estudios de ingeniería y obtener información sobre la tecnología armamentística de los clientes y proveedores de su marido y elaborar su plan de fuga.

Finalmente, con ayuda de su asistenta con la que mantenía una relación sentimental, escapó por la ventana de un restaurante donde la esperaba un coche para huir a París. No sin antes ser perseguida por el personal de su marido.

Igualmente, y gracias a su capacidad para concebir la teoría del espectro ensanchado, desarrolló lo que hoy en día podría entenderse como el precursor del wifi. La idea de Hedy Lamarr, mantenida en secreto por el ejército americano, acabó convirtiéndose en la precursora de la tecnología que se utiliza hoy en día en las comunicaciones inalámbricas de los teléfonos móviles, los sistemas GPS y la tecnología WIFI.

El EBOOK O LIBRO ELECTRÓNICO, EL INVENTO ESPAÑOL

También existen creaciones de españolas, entre las que destacamos la maestra Ángela Ruiz Robles (León, 1895-1975). De día daba clases a las niñas y los niños del pueblo y cuando cerraba la escuela, enseñaba a leer a los padres, porque en aquellos tiempos mucha gente era analfabeta. De noche, en la cabeza de Angelita estallaban inventos como en una bolsa de maíz explotan palomitas.

Sesenta años antes de que saliera la primera tablet, Angelita inventó un asombroso ‘libro mecánico’ que se podía leer en vertical y en horizontal. Además, la superficie se podía iluminar para leer en la oscuridad y tenía una pantalla donde era posible escribir y dibujar. Incorporó una lente de aumento para las personas con dificultades de visión y en los laterales se podían intercambiar bobinas con las diferentes asignaturas, de forma que todas estaban en el mismo dispositivo y así los niños no tuvieran que cargar carteras llenas de libros.

Angelita inventó lo que sería el libro electrónico con la precaria tecnología de su tiempo: gomas elásticas, plástico y electricidad. En 1970 rechazó una proposición en Washington de explotar sus patentes en EE. UU. porque quería que fuera desarrollada en su país.

¿Conoces nuestro CLUB?

*Solo para mujeres

Películas, debates, radio...
¡y mucho más!

Síguenos en Redes Sociales

¡¡En Facebook ya somos una comunidad de más de 210.000 seguidoras!!

¿Te ha gustado? ¡Compártelo!

Facebook
Twitter
LinkedIn
Telegram
WhatsApp
Email

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *