Protección sexual lésbica: Invisibilización y tabú social

A pesar de que vivimos en pleno siglo XXI, el sexo muchas veces sigue siendo un tema totalmente tabú. Partimos de una sociedad donde toda alusión al sexo es de índole heterosexual y cisgénero. Si además hablamos de educación sexual, las lesbianas o mujeres que practicamos sexo entre mujeres, estamos completamente olvidadas.

De ahí, nuestra pregunta ¿por qué casi ninguna mujer se protege de las ETS (Enfermedades de Transmisión Sexual) cuando tiene relaciones sexuales con otra mujer?, y nuestras razones:

1) Porque piensan que los riesgos de contraerlas entre mujeres, son muy bajos.


Por mucho que las probabilidades sean menores que en el sexo heterosexual y gay, siempre que se mezclan fluidos sexuales hay riesgos.
Las enfermedades de transmisión sexual, como el virus del papiloma humano (VPH), la vaginosis bacteriana y la tricomoniasis, pueden contagiarse entre las mujeres.

El sexo oral y el comportamiento sexual que implique contacto entre los dedos y la vagina, o entre los dedos y el ano (en particular cuando se comparten juguetes sexuales con penetración) también pueden ser fuentes de contagio de infecciones.

2) Porque los dos únicos métodos son poco funcionales.

Las barreras de látex son unos cuadrados o rectángulos de este material, que se pone sobre la vulva o el ano para tener sexo oral. Pueden ser de distinto colores y sabores y se puede conocer con otros nombres, como dique dental o protector de látex. También se puede usar para la práctica del tribadismo (roce de genitales).

Y los dedales o condones de dedos para usar durante la masturbación. Por lo general son de látex o silicona.

Pero ambos artilugios no se han fabricado en base a la comodidad necesaria para disfrutar del sexo y es muy difícil vivir un momento de placer, por ejemplo con una malla de látex que, a diferencia del preservativo, no está sujeto a nada.

3) Por el precio, bastante alto.


Por ejemplo, estos:

Dedales de látex

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Kissplay succionador y vibrador

4) Por desconocimiento.


Ni los farmacéuticos ni parafarmacias saben de la existencia de estos productos y es muy raro encontrarlos en tiendas físicas. Por lo que solo se pueden obtener en internet.

5) Porque no hay educación sexual para lesbianas.


La educación sexual hoy en día consiste en poner un preservativo a un plátano y saber que existe la píldora. Y si hay alumnos afortunados donde se imparte esta materia un poco más a fondo, casi siempre las lesbianas no salen en el temario. Las pocas chicas que pueden tener otra orientación sexual diferente a la heterosexual, no tienen información para ellas. Por eso, descubrir el sexo entre mujeres es algo que cuesta porque tienes que averiguarlo por ti misma o con ayuda de tu ligue/pareja.

6) Por vergüenza.


La vergüenza que envuelve al sexo en general, no ayuda a que ninguna mujer pregunte a un ginecólogo qué puede hacer para tener relaciones sexuales seguras con otras mujeres.
El sentimiento negativo de que los demás nos van a juzgar por ser quién somos, se hace mucho más cuesta arriba cuando se trata de sexo.

La suma de todos estos puntos hacen que sea el pez que se muerde la cola y no se mejoren ni los productos, ni la venta, ni el precio, ni la educación, ni desaparezca la vergüenza.

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