La muerte de Masha Amini de 22 años mientras estaba bajo custodia policial, detenida por llevar mal puesto el velo, ha encendido una protesta a lo largo y ancho de Irán que, lejos de disminuir, ha ido a más en la última semana. El fallecimiento por maltrato de la joven, ha sido la gota que ha colmado el vaso en las ciudadanas de un país indignado desde hace ya muchos años.
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El descontento por décadas de represión y discriminación estalló entre las mujeres desde el momento en que se conoció la muerte de Masha. Como la chispa que enciende la mecha, miles de mujeres comenzaron a manifestarse mientras se cortaban el pelo o quemaban sus velos a cara descubierta, grabándolo todo para las redes sociales.
Pero no estaban solas, la fuerza de estas valientes mujeres liderando protestas, ha sido acompañada en todo momento por los hombres, desafiando unidos a la brutal represión policial en las manifestaciones.
Tras más de 8 días de protestas continuadas, repartidas en 131 ciudades en las 31 provincias del país, las y los manifestantes en Irán han conseguido tomar las calles de Teherán, la capital. Algo histórico.
Masha Amini estaría orgullosa 
