En el año 2004, el Parlamento australiano convalidó una ley en el que negaba derechos a los matrimonios homosexuales. Por aquel entonces, Australia no reconocía las uniones de personas del mismo sexo, por lo que las parejas del colectivo LGTBI carecerían de derechos sucesorios, en caso de emergencias médicas no podrían decidir sobre la vida de su pareja y no podrían adoptar hijos, entre otras muchas limitaciones.
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Fue entonces cuando un grupo de activistas LGTBI decidió sublevarse y tomó la Isla de Cato, una de las islas y arrecifes que componen un territorio al noroeste de Australia. Estas islas no eran consideradas territorio australiano, sino que pertenecían al Commonwealth, asociación voluntaria de países que compartían lazos históricos y culturales. Por lo que declararon el nacimiento de ese particular Estado y fundaron su propio Reino.
La necesidad de que los derechos de las minorías fueran reconocidos, los cuales Australia había negado en las últimas décadas, fue motivo suficiente para tomar la iniciativa de independizarse en una isla diminuta de tres kilómetros cuadrados. Tenían su propia moneda (el dólar rosa), su propio himno (‘I Am What I Am’, de Gloria Gaynor) y su propia bandera (la bandera arcoíris del colectivo LGTBI). Su principal actividad económica era el turismo, donde gais, lesbianas, bisexuales o transexuales de todo el mundo acudían a conocerla.
La máxima autoridad del reino fue Dale Parker Anderson, un activista nombrado emperador y que junto a otros viajó a la isla para hacer su simbólico acto de posesión en un barco que bautizaron como Gayflower.
Mientras, el gobierno australiano los ignoró. Creían que estaban fundando algo “utópico” y nadie los reconoció como país. Así que sin ayudas, sin reconocimiento y con pérdida de fuerza tras los años, esta nación se disolvió en noviembre de 2017. Fueron 13 años en los que plantaron cara a todo un país para que el colectivo LGTBI dejara de ser discriminado por el gobierno australiano.
En diciembre de 2017, el Parlamento de Australia aprobó la legislación (tras meses de debate y manifestaciones públicas) en la que reconocía el matrimonio entre personas del mismo sexo.